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Día de Andalucía, una comunidad repleta de sabores, arte y tradición
Cada 28 de febrero, Andalucía celebra su día con orgullo, reivindicando su historia, cultura y uno de los pilares fundamentales de esta identidad, su gastronomía
Andalucía es, sin ninguna duda, uno de los paraíss más preciados de nuestro país. Su arte, su gente, su cultura, su tradición y, por supuesto, su gastronomía, hacen de este rincón del Sur, un edén terrenal donde disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.
Cada 28 de febrero, Andalucía celebra su día con orgullo, reivindicando su historia, cultura y tradiciones. Uno de los pilares fundamentales de esta identidad es su gastronomía, un legado que se transmite de generación en generación y que refleja la diversidad de sus provincias. Desde el desayuno hasta la cena, la cocina andaluza es un deleite para los sentidos, con productos autóctonos y recetas que han perdurado a lo largo del tiempo.
El desayuno andaluz: pan, aceite y tradición
Si hay un ritual gastronómico que une a todos los andaluces es el desayuno. El pan con aceite de oliva virgen extra es un símbolo de identidad y calidad de vida. Desde el tradicional "mollete" de Antequera hasta el pan cateto de la sierra, cada zona tiene su particularidad, pero el protagonista es siempre el oro líquido: el aceite de oliva virgen extra.
¿Quién no recuerda la mañana del Día de Andalucía en el colegio? Era una mañana especial, diferente. Con todos los pasillos y las clases decorados con farolillos y banderas de esos preciosos colores blanco y verde, y el olor incondunfible a pan tostado y aceite de oliva virgen extra. Recuerdos de pequeños placeres, pequeños manjares que, aun pasando los años, seguimos sabiendo abarazar y valorar como merecen.
Y es que este manjar, que ha sido base de la dieta mediterránea durante siglos, sigue acompañando las mañanas de los andaluces, ya sea solo, con tomate, con ajo o incluso con azúcar en algunas localidades.
Un recorrido por los sabores de cada provincia
En Andalucía tenemos una gran ventaja, y es que la diversidad geográfica y climática de Andalucía se traduce en una cocina variada, donde cada provincia aporta platos icónicos que reflejan su historia y sus productos autóctonos. Ocho provincias, tan diferentes y parecidad como sus manjares culinarios.
En Almería, la cocina destaca por su fusión entre mar y huerta. El caldo quemao y los gurullos con conejo son algunos de sus platos más representativos, junto con las tapas que han convertido a Almería en un referente gastronómico.
En Cádiz, la gastronomía es un homenaje al Atlántico. Su pescaíto frito, la tortillita de camarones y el atún de almadraba son imprescindibles para cualquier amante del buen comer.
Si viajamos a Córdoba, el salmorejo cordobés es su plato estrella, una crema suave de tomate, pan, ajo y aceite de oliva. No pueden faltar el flamenquín y el rabo de toro, recetas con siglos de historia.
Para Granada, la influencia nazarí siempre ha sido un referente en la cocina, con platos como el remojón, las habas con jamón y el pionono de Santa Fe, un dulce irresistible.
En Huelva no falta gamba blanca y el jamón de Jabugo, reyes de la mesa onubense. Además, platos como el choco frito y las coquinas al ajillo reflejan su esencia marinera.
En Jaén, conocida como la capital mundial del aceite de oliva, su cocina está impregnada de este ingrediente. El ajoatao, el rin ran y la pipirrana son ejemplos de su riqueza culinaria.
Para Málaga, el espeto de sardinas es el emblema gastronómico de la Costa del Sol. Junto a este, destacan el ajoblanco, la ensalada malagueña y los boquerones en vinagre.
Y por último, Sevilla, donde se disfruta en sus bares de tapas. La pringá, el gazpacho, las espinacas con garbanzos y las pavías de bacalao son solo algunas de sus especialidades.
Reivindicar Andalucía como paraíso gastronómico
Andalucía no solo es historia y tradición, sino también innovación culinaria. Chefs de renombre han sabido reinterpretar la gastronomía andaluza sin perder su esencia, llevando sus sabores a lo más alto de la cocina internacional. Productos como el aceite de oliva, el jamón ibérico, los vinos de Jerez y la repostería andalusí son embajadores de esta tierra en el mundo.
El Día de Andalucía es una ocasión perfecta para reivindicar su riqueza gastronómica, apostar por el producto local y celebrar la diversidad de sabores que hacen de esta región un auténtico paraíso para los amantes de la buena mesa. Porque comer en Andalucía es mucho más que alimentarse: es un acto cultural, un homenaje a la tradición y una experiencia para recordar.